No tenía el placer de conocerla personalmente, sin embargo, era alguien que tenía una luz, un optimismo, una alegría, que sin conocerla me transmitía vida. Había conseguido ser feliz a pesar de su fuerte accidente, y de verse sin un ojo.
¿Quien me va a querer a mi así? era una de sus preocupaciones. Sin embargo, no perdió la sonrisa.
<<¡Sonríe, por Dios! o por quien tu quieras, pero sonríe, porque hoy estas aquí y te queda mucho por vivir en este día. Y decide. Decide si quieres solo llegar o pasear por este increíble camino>>.
Este es uno de los regalos que nos ha dejado María. Pedirnos que sonriamos. Es nuestra elección cada mañana sonreír o no hacerlo.
Y mi regalo de hoy, es un cuento de Jorge Bucay, que creo que os va a gustar mucho. "El Buscador"
Estoy segura que María, a pesar de haber muerto solo con 33 años, ha vivido más que muchos de 90
DEP
https://www.youtube.com/watch?v=x5Mer18dz4k
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